Las amistades son muy importantes, ya que son un campo de entrenamiento para que las personas socialicen y puedan desarrollarse emocionalmente, en las amistades podemos encontrar diferentes maneras de conectar con los demás y encontrarnos con diversas personalidades completamente ajenas a la nuestra. Según varios estudios, tener amigos es algo que beneficia mucho a una persona (aún más en la niñez) ya que aprende a establecer normas, sopesar alternativas y tomar decisiones.
Durante mi corta vida me he encontrado con muchas amistades. Sería una hipócrita al decir que no he aprendido nada de estas, aunque siendo sincera, cada amistad que he tenido me ha ayudado a comprender más quien soy. He descubierto que la persona que soy ha sido formada en base a los distintos sucesos y eventos que han pasado en mi vida, donde he sido acompañada por las personas que alguna vez consideré mis amigos. He aprendido que cada parte de mi pensar es producto de cada lección que he tenido al pasar los años. Ahora reconozco mis virtudes y mis defectos solo con el recuerdo de lo que he hecho y como he sido resiliente para afrontar situaciones y salir airosa de estas. He llegado a la conclusión de que mi camino en cuanto a las amistades consiste en varias etapas de mi vida, en las cuales me he sentido como la reina del mundo, he experimentado soledad y he encontrado personas que nunca pensé que iba a encontrar. La amistad para mi es algo valioso, sin embargo, llegué a pensar que no la encontraría, estaba cerrada ya que no encontraba personas con las que pudiese conectar, personas con las que pudiese hablar sin sentirme obligada a destacar o a aparentar lo que no soy. Pero fui paciente y solo dejé que el destino y la voluntad de Dios me llevara al lugar donde pertenecía. Sí, tuve muchos momentos en los que me sentía completamente sola, pero como dice un gran sabio uno debe tener un momento de soledad en su vida para reflexionar.
Sin ninguna duda la amistad es muy importante y la tenemos que valorar, pero no nos debemos conformar con personas que simplemente no son harina de nuestro costal, tenemos que ser pacientes porque siempre llegará el momento de sentirnos solos, ahora, es nuestra decisión hacer de este tiempo un martirio o una oportunidad de aprendizaje y autoconocimiento.